ARVA Y ALUDES: La vida pendiente de un hilo. ¿Cómo funciona el ARVA?
El gran miedo de todo montañero de invierno es ser víctima de una avalancha. Las aludes de nieve se suelen tornar en una trampa mortal para los amantes de los deportes extremos de invierno.
En primer lugar para comprender mejor la utilidad de los ARVA, para que son y cómo se usan conozcámonos brevemente al causante de la existencia de estos aparatos: las aludes.
Una avalancha es el desprendimiento de una masa de nieve de tamaño variable, que se pone en movimiento por la fuerza de la gravedad. Un alud se origina por la falta de homogeneidad de la capa de nieve. También se puede dar el caso que hayan dos capas de nieve que no se hayan soldado entre ellas, los motivos pueden ser diversos, el viento, la lluvia o incluso un aumento de temperatura, el resultado la inestabilidad entre las dos capas que hace que una de ellas se desvenda y provoque un alud.
Hay tres tipos de avalanchas:
1.- Nieve fresca: el mayor riesgo de este tipo de alud se alcanza a partir de una nevada de 25 centímetros. Estas aludes suelen ser espectaculares ya que alcanzan velocidades increíbles de entre 100 y 400 kilómetros por hora. Debido a la ligereza de la nieve, se forman enormes masas de aerosol que arrastran todo aquello que encuentran por delante.
2.- El de placa: El tipo de alud más generalizado es este. Estas placas pueden tener un tamaño inmenso y dejan un corte muy evidente en su punto de partida. Generalmente su inicio suele ser una fractura en la misma. Este tipo de alud es el que más víctimas se cobra, podríamos cifrar que de cada 100 víctimas de montaña 70 perecen en accidentes de placa de viento. La densidad media de estas placa suele estar entre los 150 y los 200 Kilogramos por metro cubico. Estas suelen tener un color blanco roto, de forma redonda, al pisarlas chirrían y aunque parecen duras de aspecto tantos bastones como piolet la atraviesan con facilidad y se hunden en su interior. La velocidad de descenso de este tipo de alud puede ir de los 100 a los 300 kilómetros por hora.
3.- El alud de nieve húmeda: es otro tipo de alud que se suele producir por el peso de la nieve en primavera, ya victima de los rayos del sol y las altas temperaturas. El agua que las capas superiores absorbido se filtra a la capa inferior y actúa como lubricante, aumentando el peso del metro cubico de nieve y desestabilizando la nieve acumulada. Este tipo de alud se suele desplazar lentamente y es la menos peligrosa de las tres.
Ahora ya sabemos algo más del causante de que estos aparatos vieran la luz hace ya unos cuantos años. Veamos que es un ARVA.
A=Aparatos R=Rescate V=Victimas A=Avalancha. El ARVA es capaz de emitir y recibir una señal de campo electromagnético. Los aparatos que hay actualmente en el mercado generan una señal que puede alcanzar los 40 metros y son capaces de recibir una señal en un radio de 30 metros.
EL ARVA es un aparato que se pone en posición de emisión cuando empezamos la travesía y a partir de ese momento genera una señal que puede salvar nuestra vida.
El campo electromagnético suele tener un alcance de 40 metros de longitud y la señal es más intensa cuanto más nos acercamos al ARVA emisor.
Búsqueda primaria
Cuando ocurre un accidente lo más importante es que no quede ningún ARVA en posición de emisión puesto que entorpecería la búsqueda del sepultado. La gran mayoría de ARVA’s existentes tienen 3 antenas. Lo primero en caso de accidente es detectar la primera señal. Si tenemos un ARVA de una antena deberemos rotar para localizar la señal. Con un ARVA de dos antenas es más sencillo y con uno de tres la tarea es más rápida ya que el mismo aparato nos indica en qué dirección se encuentra el sepultado.
Una vez la señal primaria detectada vamos a acotar el campo de búsqueda.
Búsqueda secundaria
Existen dos métodos de búsqueda.
1) Búsqueda en cruz (ARVA analógico): Una vez hemos detectado la primera señal continuamos caminando en la misma dirección hasta que la señal se empieza a perder (el sonido disminuye), siendo así habremos determinado el punto de señal máxima. Sin cambiar de orientación el aparato, bajamos el volumen al mínimo que sea audible. Llegados a este punto realizamos un giro de 90 grados si la señal baja o se pierde cambiamos de dirección hasta obtener un nuevo máximo.
2) Método direccional (para los ARVAS más modernos): Simplemente seguiremos las líneas que nos indican los leds del ARVA.
Búsqueda terciaria, o localización de la victima
Esta búsqueda se realiza por angulación es la más complicada y se debe proceder con extrema precaución y sin precipitarse. De ello depende la vida de una persona. Para los ARVA’s analógicos realizaremos un solo movimiento por pitido, de forma que obtengamos una posición clara a cada paso. El problema aumenta cuando la víctima está sepultada a mayor profundidad. Deberemos proceder con el ARVA colocado a ras de suelo.
El ARVA con una o dos antenas puede presentar varios máximos que nos pueden confundir, posiblemente ninguno de los dos máximos nos indiquen la posición exacta del sepultado. Si detectamos un máximo; andemos 3 metros para verificar que no haya otro máximo, si fuera el caso la victima estaría entre los dos puntos, no necesariamente en el medio puesto que también hay que tener en cuenta la profundidad a la que está sepultada la víctima.
Para los ARVA’s de tres antenas, la búsqueda es más sencilla puesto que estos aparatos detectan el campo magnético de forma muy precisa y nos llevan directamente al punto donde está la victima sepultada. El ARVA de tres antenas siempre presentara un único máximo.
¿Cómo localizar múltiples victimas?
Con un ARVA de tres antenas es relativamente sencillo puesto que este es capaz de indicar el numero de señales que detecta y en un primer lugar nos dirigirá a la que tenga mayor potencia. Generalmente este tipo de aparatos disponen de un marcador que indicara que ya se ha encontrado una víctima en concreto y así continuar la búsqueda de las demás descartando al sepultado que ya hemos encontrado.
Con los ARVA’s de una o dos antenas procederemos a desconectar cada ARVA de cada víctima que encontremos, será la única manera de asegurar que podamos encontrar a la siguiente víctima. El procedimiento de búsqueda es idéntico al de localización de una única víctima.
Consejos:
1.- Aunque llevemos el ARVA esto no garantiza de ninguna manera nuestra seguridad, por lo tanto seamos prudentes, son pocas las posibilidades de ser rescatados con vida si transcurren más de quince minutos después de un alud.
2.- Cada miembro del grupo debe llevar y saber usar una pala y una sonda. Esta es una norma de oro.
3.- El ARVA siempre se debe llevar en el interior de la ropa no en el exterior donde puede ser arrancado fácilmente en el transcurso de una avalancha.
4.- Asegurarse de que las baterías estén en buen estado de carga.
5.- Leamos los manuales de los aparatos ya que los más modernos disponen de funciones muy interesantes en caso de enterramientos múltiples.
6.- Evitar salidas en condiciones adversas o de riesgo.